La UEFA y la FIFA han acordado excluir a los clubes y selecciones nacionales rusos de cualquier competición europea o mundial por tiempo indefinido. La decisión se produjo como resultado de la agresiva ofensiva militar que ha emprendido el presidente Vladimir Putin contra Ucrania.
Esto significa que la selección rusa de fútbol no jugará en el partido de desempate de la Copa del Mundo contra Polonia. Mientras que a la representante femenina rusa no se le permitirá participar en el Europeo de este verano. Al mismo tiempo, el Spartak de Moscú ha sido expulsado de la Europa League, mientras que la UEFA también ha roto su relación con el gigante patrocinador ruso Gazprom.
En un comunicado conjunto, los 2 principales órganos rectores del fútbol en el mundo anunciaron:
"El fútbol está unido y en total solidaridad con lo que está pasando en Ucrania. "Ambos presidentes esperan que la situación en Ucrania mejore significativa y rápidamente, para que el fútbol siga siendo un vector de unidad y paz entre la gente".
La decisión de la UEFA y la FIFA se produjo después de bastante presión por parte de la opinión pública, que ha llamado reiteradamente a la reacción en las últimas horas.
Mientras tanto, otro acontecimiento interesante es el compromiso del propietario ruso de Chelsea, Roman Abramovich, para reducir las tensiones entre los 2 estados. Los medios en Inglaterra sugieren que el multimillonario ruso ha sido contactado por altos líderes ucranianos para ayudar a encontrar una solución para restaurar la paz entre los 2 estados.
Abramovich es uno de los hombres más ricos de Rusia y se rumorea ampliamente que tiene estrechos vínculos con el presidente Vladimir Putin. Un portavoz del presidente del Chelsea dijo a los medios que Rusia había estado tratando de ayudar desde el comienzo del conflicto entre Rusia y Ucrania.