La llegada de Lionel Messi a París fue sin duda uno de los momentos más memorables de la historia del PSG. Más de 150,000 camisetas con el nombre argentino, que estaban en stock en la tienda online de los parisinos, se agotaron en 7 minutos.
El francés firmó con Neymar hace 4 años, un traspaso que fue recibido con mucha ilusión por la afición. Pero el planteamiento del Barcelona número 10, parece superar cualquier expectativa que la afición del club parisino tuviera para el mercado de verano. Al mismo tiempo, el propio jugador de lotería ha sido muy bien recibido, fuertemente apoyado por sus compañeros y ejecutivos del club, en este gran paso para su carrera.
Neymar incluso ofreció al argentino su camiseta con el número 10. Messi, sin embargo, no lo aceptó y decidió quedarse con el número 30, también éste con especial simbolismo para el jugador. 30-a es el número que lució Leo en los primeros años de su debut en el Barcelona cuando aún era un adolescente.
En la primera sesión de entrenamiento con el nuevo club, el argentino lucía confuso, sobre todo durante los entrenamientos en el gimnasio. El hijo del entrenador del PSG, Sebastiano Pochettino, sugirió una nueva rutina de entrenamiento 6 veces al ganador del Balón de Oro. Sin embargo, algo bastante importante no ha cambiado desde que el jugador seguía en activo con el Barcelona. ¡El juego en el campo verde se basa en ello!
Esto se ha notado en todos los partidos disputados en el campeonato, pero también en Liga de Campeones. Neymar también ha cambiado de posición en el campo, restableciéndose en su papel natural de extremo. La alineación actual del PSG encaja bastante bien con Messi y Neymar, que tienen la posesión del balón entre sus principales arsenales.
Sin embargo, la llegada de Messi al equipo y el cambio de juego cuestionan un tanto el papel de Kylian Mbappé. A diferencia de Neymar y Leo, el francés prefiere espacios amplios, en lugar de poseer el balón en espacios reducidos. Esto podría ser un problema potencial para Mauricio Pochettino.