El intento de Roman Abramovich de vender las acciones del club Chelsea ha sido detenido por el gobierno inglés. Ante el riesgo de posibles sanciones en su contra, a raíz de las medidas tomadas contra los oligarcas rusos, el presidente del Chelsea tomó la decisión de poner en venta el club londinense. Pero las autoridades británicas han "congelado" los activos de Abramovich, incluido el club de fútbol.
Esto pone al Chelsea en una encrucijada muy delicada, ya que el objetivo de las autoridades es evitar que Abramovich se beneficie de los ingresos monetarios del equipo. El gobierno ha implementado un plan especial según el cual se seguirá pagando regularmente al personal y a los jugadores, al menos hasta el final de la temporada. Asimismo, seguirá siendo válida la suscripción que han adquirido los aficionados para ver los partidos del Chelsea en directo esta temporada.
Pero se espera que el futuro sea bastante difícil. El Chelsea no podrá vender ni comprar nuevos jugadores. Además, la tienda oficial del club estará cerrada. El gobierno inglés está considerando otra medida especial, que es la elaboración de una licencia que permita la venta del club en el futuro, pero con la condición de que Abramovich no obtenga ningún ingreso por la operación.
Todas estas medidas supondrán un duro golpe para el Chelsea, al que le resultará muy difícil ser competitivo en el campeonato y en Europa, si las medidas van a seguir vigentes durante mucho tiempo.
Abramovich dijo hace unos días que el dinero obtenido con la venta del club se destinaría a ayudar a las víctimas de la guerra. Pero aparentemente esto no sucederá ya que el multimillonario ruso ha perdido de facto la propiedad del Chelsea. Los analistas deportivos de BBC Sport, pero también los fanáticos del equipo, han expresado su pesimismo sobre el futuro del equipo, diciendo que les espera un camino difícil.